Puede que unas décadas atrás la profesionalidad se demostrara con la gran destreza que alcanzaban aquellos que tras años de dedicación dominaban a la perfección unas técnicas que en la actualidad sería impensable no acreditar de algún otro modo.
Y es que hoy son necesarios los títulos, no importa el trabajo que se vaya a desempeñar, sin títulos, no hay empleo y sin empleo no es posible subsistir. Con frecuencia, los que han trabajado y vivido en alguna ciudad extranjera durante al menos un lustro, adquieren una destreza del idioma local muy superior a la que acreditan los títulos académicos que requieren las empresas, caso del First Certificate Cambridge y, sin embargo, con frecuencia estos aspirantes son rechazados por no poseerlo. Pero esto, que sucede con los idiomas, no es para nada ajeno a otros ámbitos.
Quizás sea por ese motivo que sectores como los de la construcción han creado, en el marco de lo previsto en la Ley 32/2006, reguladora de la subcontratación en el Sector de la Construcción y de lo establecido en el vigente Convenio General del Sector de la Construcción, una Tarjeta Profesional de la Construcción (TPC).
Pero, ¿sabes lo que es la TPC y para qué sirve? ¿Sabes cómo y dónde conseguir la TPC en Madrid, así como en cualquier otra ciudad?
La TPC es el documento que permite acreditar, entre otros datos, la formación recibida por el trabajador del sector en materia de Prevención de Riesgos Labores (PRL), la categoría profesional a la que pertenece, así como los períodos de ocupación y las empresas en los que ha prestado sus servicios.
Poseer la TPC tiene beneficios no solo para los trabajadores, sino también para los empresarios, ya que mientras que a unos les permite acreditar su formación y experiencia, a los otros les permite tener un soporte mediante el cual poder acreditar a sus trabajadores.
Para la obtención de la tarjeta basta con dirigirse a uno de los denominados “puntos de tramitación” con la documentación necesaria y, una vez los expedientes estén visados deben obtener la validación en los denominados “centros de validación”, ubicados en las sedes de los Consejos Territoriales de la Fundación Laboral de la Construcción.
Una vez expedida, la tarjera será válida por cinco años, y como suele ser habitual en estos casos el titular de la misma no estará exento de derechos, pero tampoco de obligaciones.
Poder acreditar mediante la documentación oportuna lo que se sabe y la experiencia que se posee es siempre un plus a la hora de lograr un trabajo.